Meditación y terapia integral, mental, fìsico

La práctica de la meditación

 

La meditación es el eje fundamental de todo proceso de evolución espiritual consciente, no necesariamente debe estar formando parte de la Sanación Integral por Autorrealización Espiritual, sino que por sí misma es la puerta y el camino hacia la evolución espiritual, auto sanación y desarrollo interior. Por ello es de mucha mayor importancia y porque, además, necesariamente se interconecta y es interdependiente con la parte física, psicológica y mental del ser humano.

Lo que quiero decir, es que no necesariamente la persona tiene que estar enferma o sufriendo de una dolencia física, crónica o prolongada, sino que puede estar plena de salud; pero en la búsqueda que permita lograr sus objetivos espirituales, anulando las resistencias del vacío existencial, de parámetros, esquemas, creencias arcaicas, antagónicas, obsoletas, fetiches, rituales, supersticiones, aquelarres y grimorios, los parásitos de la oscuridad en el misterioso engranaje mental.

También la meditación, reflexión, observación, contemplación y discernimiento puede despertar, activar los dones, poderes ocultos para auto sanarse. Muchos personas, hermanos se iniciaron en la mística en la búsqueda de la salud, de resolver sus problemas existenciales, que como un puente, intuyeron que deberían acercarse al Absoluto, Dios, mediante procesos de recogimiento, silencio y relajación, en los cuales acuden en ayuda los maestros espirituales, y otras veces el maestro físico adecuado, o ambos, sí es que ya es el momento: Corroborándose que el Maestro aparece cuando el discípulo está preparado, o el que está preparado para sanarse con la persona, canal de sanación, en el lugar, y en el momento exacto.

 

En este contexto, la meditación es un proceso, una sucesión de estados de consciencia a los que te permite llegar física, mental y espiritualmente, donde cada estado es una manifestación de evolución y desarrollo del ser en su forma integral, mejorando todos los indicadores de comportamiento bío psíquico y social.

Como práctica, la meditación es una bellísima y agradable actividad que permite el solaz, esparcimiento y deleite psicofísico, cuyo mejor indicador es la permanente alegría de vivir del meditante y más allá, si busca la verdad, la luz y las repuesta a la interrogante, y la cuestión de ser y no ser.

La meditación natural no tiene pasos, ni métodos ni sistemas, porque cada ser humano tiene sus propias peculiaridades y receptividad exquisita para estar en un estado de consciencia superior que le permita sanarse o evolucionar espiritualmente. Sin embargo, en la meditación hay requisitos básicos que deben cumplirse, por supuesto en forma voluntaria.

 

Estos requisitos básicos son:

1. La intencionalidad y la voluntad de religarte al Absoluto y a partir de ahí la necesidad de Meditar, reflexionar, observar, contemplar y discernir.

2. Entorno físico adecuado: Escoger un lugar acogedor o íntimo, según sea el caso para el iniciado o meditante. Carencia de ruidos inquietantes, comodidad física: Que incluye higiene personal, baño y vestimenta holgada de preferencia de colores claros o blanco. Sin calzado.

3. El meditador no deberá meditar con objetos metálicos en su cuerpo o en su ropa, tales como llaveros, aretes, joyas monedas, etc.; debido a que perturban el campo de fuerza y electromagnético de la persona, si se activaran.

4. Desde el inicio y para lo sucesivo, el meditador deberá escoger una pequeña alfombra, toalla, manta, petate o lo que se le asemeje, para sentarse, o acostarse, y que en adelante su naturaleza física, psicológica y mental será su templo físico, el mismo que se cargará de su propia energía y de la que le irradiarán los maestros físicos o espirituales y la divinidad.

 

La meditación exige los siguientes pasos:

a. Estando totalmente cómodo, sentado, en posición de loto, o acostado en su manta o petate, con las palmas de las manos hacia arriba (si es sentado sobre las piernas y si es acostado con los brazos con las palmas de las manos hacia arriba), de una manera natural.

b. Esto al comienzo puede ser difícil, sin embargo, poco a poco y con paciencia, se conseguirá estar en el umbral de la real MEDITACION NATURAL con fruto.

c. Seguir las instrucciones del que está conduciendo la meditación, pero si se está solo, es el momento de iniciar la meditación, reflexión, observación, contemplación y discernimiento, en el proceso de entrega al absoluto, Dios, a los maestros espirituales, sin ninguna resistencia física o mental, con total confianza para que la divinidad y los maestros obren en el proceso de evolución, desarrollo interior, o en lo que se relaciona a la salud física, psicológica y mental.

d. Esperar con total confianza, entrega y dejarse llevar el momento del contacto, contacto que puede ser consciente o inconsciente, es decir que uno puede sentirlo o darse cuenta o simplemente no sentir nada, en ambos casos debe estarse totalmente seguro de la utilidad y del beneficio de la meditación, pues muchas veces los maestros nos prueban para ver sí es nuestro ego el que nos está llevando por curiosidad a dicha práctica. Esta meditación tendrá una duración aproximadamente de 30 a 60 minutos. Siendo totalmente la meditación natural, sin métodos sistemas, sin mantras, sonidos, artilugios, y muchas otras prácticas a las que someten encandilados por el solo y transitorio bienestar psicofísico, que es bueno para sentirse por el momento bien, pero no duradero, porque no es la vivencia trascendental que lo lleve a un nivel de consciencia superior y a la maestría que los ponga frente a frente a sus orígenes y a sus verdaderas realidades espirituales y del alma.

e. En los contactos conscientes, como se dijera anteriormente, las personas perciben un olor agradable a rosas; luego sienten corrientes eléctricas sutiles que fluyen y refluyen por su cuerpo dándole elevación y armonía espiritual, así como también perciben sonidos y vibraciones que gradualmente los impulsarán de la consciencia humana a la súper consciencia, donde sí se realiza la evolución espiritual y la verdadera sanación, según las leyes y el programa kármico.

f. También en estos contactos, algunas personas sienten intervenciones espirituales, las mismas que pueden ser vividas, experimentadas muy nítidas y reales, variando las características de las mismas en cada uno de los meditadores según sus grados de evolución espiritual; o experimentan sensaciones de energía que fluyen y refluyen por todo el organismo; algunas veces fuertes y otras veces sutiles, como olas de energía en diversos colores, predominando el plateado resplandeciente, el azul y el dorado según el estado físico, psicológico y mental de la persona.

g. Pasados los minutos antes indicados, el instructor indicará el momento y la forma de cerrar la meditación, pero si se está solo, la misma fuerza que le abrió los brazos en cruz, los pondrá en cruz sobre el pecho cerrando el circuito electromagnético, regresando a la conciencia de la realidad dual que nos rodea. 

 

Hno. Rodolfo Rios Medina


 

 

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